¿Por qué es importante saber sobre el CAT de tu tarjeta de crédito?

Para muchos usuarios de tarjetas de crédito, la información de cuánto pagan realmente al año es todo un misterio. Por supuesto, cuando te ofrecen el producto, los bancos te dan ciertos datos, pero no necesariamente todo lo que necesitas saber.

Hay muchos pagos de los que no te enterarás a menos que leas las letras chiquitas de los contratos, o que esperes a que llegue el estado de cuenta y veas todos los cargos extra que te hicieron. En primer lugar, hay un término con el que deberías familiarizarte. Es el Costo Anual Total o CAT, y engloba todos esos cargos que vienen con el compromiso-beneficio de tu tarjeta.

¿QUÉ ES EL CAT?

El CAT es la cantidad que tenes que pagar cada año si sumas la tasa de interés, costo de anualidad, cantidad del crédito, plazo del crédito y un porcentaje extra por ciertas comisiones por uso. Por eso, si vas a solicitar una tarjeta de crédito, lo primero que tenes preguntar es cuánto pagarás de CAT.

Los bancos tienen la obligación legal de publicar el CAT que manejan, y a proporcionarte información, sin importar el medio que uses para solicitarla.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONOCER EL CAT?

Porque podrás comparar lo que te ofrecen distintas instituciones financieras y tomar una decisión más responsable. Por ejemplo, podrás saber cuáles tarjetas tienen intereses altos pero comisiones bajas, o por el contrario, cuáles productos te brindan un interés bajo pero en las comisiones te cobran en exceso.

¿CÓMO PUEDE PERJUDICARTE EL CAT?

Muy sencillo, si por algún motivo te retrasas, el CAT determinará qué tanto crece tu deuda con el paso de los meses. Hay tarjetas con un CAT desde 17.9% (más baja) hasta aquellas con un 105%. Muchas de las que tienen un CAT alto, ‘enganchan’ ofreciendo reembolsos en puntos, que permiten al cliente pagar por otros productos.

Dejar de pagar, o sencillamente retrasarte en el pago de la tarjeta porque no tenías para cubrirlo, hará que tu historial de crédito se vea afectado. Ello podría generarte problemas si después intentas solicitar otro crédito. También puede causarte gastos si una institución financiera inicia gestiones de cobranza para recuperar el saldo que le debes. Eso sin contar con la preocupación de saber que te presionan para que liquides tu adeudo.

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