El uso de un canal efectivo para comunicarse en una empresa

…vimos distintos aspectos que hacen a la comunicación, ahora veremos de qué nos valemos para que se produzca, o sea el canal que utilizamos y, como hemos visto, una buena elección del canal y su correcta utilización llevará a dotar de solidez y efectividad a la comunicación.

Desde la comunicación presencial, en la que intervienen aspectos como la seguridad personal del emisor, el tono de voz, imágenes gestuales; a otros canales que los procesos de crecimiento tecnológico nos van brindando, necesitan de preparación previa para dotar al canal de precisión, rapidez y “respuesta”, evitando las interferencias o ruidos que son tan nocivos y que generalmente retrasan los proyectos en las organizaciones/empresas o las soluciones a posibles problemáticas inevitables en todo grupo.

El “emisor” deberá hacer una adecuada preparación que normalmente reducirá en un gran porcentaje el nerviosismo y las inseguridades, dotando al mensaje de la confianza imprescindible y facilitando la comprensión de lo que queremos transmitir; un buen estado “físico-emocional” son esenciales para una transmisión de ideas eficaz.

Actitud mental positiva; el emisor se deberá interpretar positivamente tomándolo como una señal de que pretende dar lo mejor de sí mismo, y desechar pensamientos negativos, su seguridad puede hacer más certero y fluido el “mensaje”.

Control activo implica, si es necesario, realizar algún ejercicio como inspiraciones y expiraciones profundas, simular bostezos y movimientos mandibulares para tensar músculos; tal como hacen los oradores, profesionales del canto, coreutas, etc.

Buscar interacción inmediata es frecuentemente efectivo para “disipar” la primera incomodidad al momento de iniciar el traslado de su “comunicación”, importantes estudios han demostrado que junto a la “sensación” de seguridad es efectivo dotar a la emisión de alguna dosis de humor.

Cuando la comunicación es verbal (presencial o por mensajes) aparte de las inflexiones de voz, es importante dotar de velocidad y ritmo a la comunicación verbal (sin que se torne inentendible) evitando la “monotonía” que puede llevar a la distracción y/o aburrimiento de los receptores, o perder el contacto ya sea visual o auditivo. Es buena práctica hacer una breve introducción para asegurarnos que se va a comprender el objetivo del mensaje y a donde pretendemos llegar con él, así nos aseguramos mantener mínimamente la atención.

Cuando la comunicación no es verbal se torna mucho más importante que los “mensajes” tengan precisión, contundencia y brevedad que permita una fácil interpretación de quien lo recibe, y que deje algún resquicio para “forzar” repreguntas o interrogatorios sobre los temas más importantes, esto asegura por un lado que hemos logrado atención sobre el mensaje enviado y que –seguramente- logremos aportes que puedan enriquecer el tema tratado, hemos logrado crear una corriente de “ideas” de ida y vuelta, “feedback”.

Les dejo una frase de Diogenes de Sinope, padre del cinismo filosófico: “tenemos dos orejas y una sola lengua para que oigamos más y hablemos menos”.

Ricardo Mario Basterra

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